En el lienzo del arte contemporáneo, destaca el nombre de Ricardo Sanz, un pintor donostiarra cuyo estilo figurativo contemporáneo ha dejado una marca indeleble en el mundo del arte. Desde su formación con maestros como José Camps hasta su residencia en Madrid, Sanz ha fusionado la tradición con la innovación en cada trazo de su obra. Sus pinturas, influenciadas por impresionistas vascos y franceses, evolucionan hacia una paleta más colorista y una técnica depurada, destacando su dominio magistral de la luz y el color. Reconocido como uno de los grandes retratistas de la actualidad, Sanz ha recibido prestigiosos galardones y ha expuesto sus obras en galerías de renombre en España y en el extranjero. En esta entrevista, nos sumergiremos en el mundo creativo de Ricardo Sanz, explorando los aspectos más destacados de su carrera y las influencias que han dado forma a su arte.
¿Cómo influyó la Galería de Arte La Perfecta y la figura de tu abuelo en tu desarrollo como pintor?
Más que la Galería, que no conocí, fue el interés por el Arte que se respiraba en casa lo que más influyó en mí. Además se hablaba mucho de los pintores tan importantes que pasaron por allí y trataron con mi abuelo, comenzando por el gran Sorolla. Por eso, a diferencia de otros padres, los míos me apoyaron mucho en mi decisión de ser pintor, quizá porque intuían que tendría un gran éxito.
¿Podrías compartir con nosotros algunas experiencias clave durante tu formación artística desde tu adolescencia hasta tu establecimiento en Madrid?
En mi adolescencia acudí a unas clases extraordinarias de un pintor muy mayor en aquel momento que se llamaba José Camps y que me enseñó a dibujar y a pintar o al menos me dio una base muy importante. Todavía recuerdo algunos consejos que me daba. También estuve un tiempo en París, pero quería instalarme en Madrid, donde había un gran nivel de pintores que realizaban un trabajo que a mí me interesaba mucho dentro del mundo de la pintura figurativa.
¿Qué impacto tuvieron las influencias artísticas de los pintores clásicos y contemporáneos en tu estilo durante las décadas de los 80 y 90?
En aquellos años había en España unos pintores figurativos extraordinarios. Fue la generación anterior a la mía y me sirvieron de guía en mi camino. Yo conocí y traté con los que me parecieron más sobresalientes: Ricardo Macarrón, Revello de Toro, Torrens Lladó y otros que me inspiraron y de los que aprendí muchas cosas.
¿Podrías hablarnos sobre la evolución de tu paleta de colores y estilo a lo largo de tu carrera como pintor?
Empecé con una paleta de color suave, quizá influida por impresionistas franceses y vascos. Esa tendencia no duró mucho, y poco a poco mis colores se fueron haciendo más fuertes y mis cuadros se hicieron más coloristas y luminosos. La luz adquiere en mi obra un gran protagonismo.
¿Qué elementos consideras más distintivos en tu obra, especialmente en tus retratos?
Lo que más me interesa es que el retratado tenga vida, que a través de su mirada nos asomemos a su interior. Me interesa que el conjunto tenga un toque de distinción.
La armonía también es un elemento muy importante en mis retratos.
¿Qué ha significado para usted el pintar a la familia Real Española?
Para mí ha sido un gran honor que la Familia Real haya confiado en mí en varias ocasiones para realizar distintos retratos. Y como en todos mis retratos he puesto el alma en cada pincelada para que el resultado sea muy especial.
¿Cuáles han sido los reconocimientos más significativos que has recibido a lo largo de tu carrera?
He recibido numerosos reconocimientos a lo largo de mi carrera pero el reconocimiento más importante ha sido el éxito que he tenido en cada una de mis exposiciones y poderme dedicar a mi pasión durante 45 años
Para terminar ¿nos podía hablar sobre su libro, qué tanto éxito está teniendo?
Tengo el privilegio de que mi pintura gusta muchísimo y por ello de vez en cuando suelo realizar un libro con mis cuadros para que las personas interesadas en mi obra puedan disfrutar de ella.