Por Juan Manuel López-Reina Coso, Artista Plástico y Vicepresidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores
El Espacio Rafael Canogar se ubica en el Talleron Museo Victorio Macho, que se levantó expresamente como taller del escultor, luego transformado y equipado como sala de exposiciones con la rehabilitación del conjunto de Roca Tarpeya en 1999, en la que se podrá admirar una treintena de obras, la mayoría de ellas de gran formato y en la que se incluyen tres esculturas.
Con el proyecto Espacio Rafael Canogar, la Real Fundación de Toledo consigue saldar la deuda pendiente y quiere disponer de un lugar de encuentro permanente de la obra de este gran artista, destinada a conocer y valorar la figura de este Toledano más influyente en el arte contemporáneo español, de la segunda mitad del siglo XX y los comienzos del XXI.
Este conjunto de creaciones, datadas desde 1973 hasta hoy, muestra la coherencia compositiva de un artista esencial para conocer la evolución del arte de nuestro tiempo.
Es uno de los principales representantes del informalismo en España, un artista multidisciplinar que domina la pintura, la escultura y el grabado, consiguiendo romper el lenguaje figurativo para conseguir nuevos lenguajes, teniendo un sentido por la búsqueda de nuevas vías de expresión. Hacia el 1955 evoluciona hacía la abstracción informalista, con fuerte carga expresiva, en este año viaja a París e Italia.
En 1957 participa en la creación del Grupo El Paso, donde formaban parte Antonio Saura, Pablo Serrano, Manuel Millares, Luis Feito, Manuel Rivera, Juana Francés y Antonio Suarez. En 1960 participó en la exposición de New Spanish Painting and Sculture del Museo de Arte Moderno (MOMA) en Nueva York junto a exponentes de las jóvenes vanguardias.
En el año 1964 deja a un lado el informalismo y comienza una nueva etapa basada en la crónica narrativa de la realidad, basada en los medios de comunicación, con una clara realidad política con imágenes de tumultos y represión, estas escenas adquieren una tercera dimensión y los colores se reducen a la gama de grises y negros.
Es en el año 1975 cuando retoma la abstracción, a la que va incorporando elementos formales de la tradición cubista para pasar después a unas pinturas monocromas elaboradas a base de pinceladas entrelazadas e entretejidas. Pero en los ochenta está en el tema de los bodegones, "Las cabezas " de Julio González y escenas urbanas, mezclando planos de color y figuras esquemáticas.
En el prólogo de su libro sobre el informalismo 1955-1965, nos cuenta la teoría o concepto de libertad, estructurado como presupuesto teórico fue en mí, alimento o savia, fuerza de la naturaleza que apoyó mi natural forma de ser y expresarme/y encuentro con propias raíces de existenciales verdades.
Esos años de intenso trabajo, en que cada cuadro dejaba parte de su piel, la creatividad ya formaba parte de su ADN, cada forma nueva de sus obras era algo conseguido como nueva expresión.
Pero ¿Cómo entiende el arte Rafael Canogar?
La contestación a esta pregunta la define con estas palabras: "Para mí, pintar sigue siendo una imperiosa necesidad vital...una forma de autorrealización, un vehículo o correa de transmisión de todas mis emociones y obsesiones. Una herramienta de comunicación y una forma de ser y de vivir"
Tuve la suerte de realizar una entrevista en su estudio, decir que a pesar de sus ochenta y ocho años, tiene una lucidez y memoria extraordinaria. Pude aprender mucho de él, como me hablaba de sus obras con emoción, que me hacía vibrar y conseguía meterme en el cuadro, esa experiencia ya tiene un espacio en mi cerebro.
Si vamos a Toledo no podemos dejar de ver su obra, desde luego que merece la pena.